13/06/2013 18:32:20
Los investigadores realizaron un trabajo de comparación entre pollos de gallo y de pato y su evolución dentro del huevo. Los patos nacen con pene pero los gallos no. Según este estudio los gallos sí desarrollan pene pero en determinado momento comienzan a perderlo.
Investigadores de la Universidad de Florida, EEUU, realizaron un experimento gracias al cual descubrieron porqué los gallos carecen de falo. El descubrimiento fue publicado en la revista científica Current Biology. Compararon la evolución de huevos de pollo de gallo y huevos de pato, una de las pocas aves que sí posee este miembro. La sorpresa fue que, mediante observación y sin intervenir en su evolución, descubrieron que en las primeras etapas de su desarrollo sí se forma un pene, tanto en gallos como en patos. Pero a partir de un determinado momento el pene comienza a desaparecer. Es lo que los científicos llaman suicidio celular. Gracias a la comparación de genomas y proteínas de uno y otro animal encontraron la causa de esta pérdida evolutiva tan caprichosa. La bmp, que irónicamente significa proteína morfogenética del hueso, es la culpable de que los gallos no tengan pene. Mediante un cultivo de células inhibieron esta proteína en los pollos y se la añadieron a los patos. Así comprobaron como, en el primer caso, no había castración celular y en el segundo caso sí.
Los investigadores realizaron un trabajo de comparación entre pollos de gallo y de pato y su evolución dentro del huevo. Los patos nacen con pene pero los gallos no. Según este estudio los gallos sí desarrollan pene pero en determinado momento comienzan a perderlo.
Investigadores de la Universidad de Florida, EEUU, realizaron un experimento gracias al cual descubrieron porqué los gallos carecen de falo. El descubrimiento fue publicado en la revista científica Current Biology. Compararon la evolución de huevos de pollo de gallo y huevos de pato, una de las pocas aves que sí posee este miembro. La sorpresa fue que, mediante observación y sin intervenir en su evolución, descubrieron que en las primeras etapas de su desarrollo sí se forma un pene, tanto en gallos como en patos. Pero a partir de un determinado momento el pene comienza a desaparecer. Es lo que los científicos llaman suicidio celular. Gracias a la comparación de genomas y proteínas de uno y otro animal encontraron la causa de esta pérdida evolutiva tan caprichosa. La bmp, que irónicamente significa proteína morfogenética del hueso, es la culpable de que los gallos no tengan pene. Mediante un cultivo de células inhibieron esta proteína en los pollos y se la añadieron a los patos. Así comprobaron como, en el primer caso, no había castración celular y en el segundo caso sí.