15/04/2014 10:31:48
Un sacerdote argentino explicó que el fenómeno observado esta madrugada no debe asociarse con un presagio apocalíptico o llegada de un nuevo mesías.
El padre Luis H. Rivas, profesor de Sagrada Escritura en la Facultad de Teología de la Universidad Católica Argentina (UCA), explicó que la luna roja no debe asociarse con un presagio apocalíptico o llegada de un nuevo mesías, tal como “malinterpretaron” algunos cristianos. Según explicó Rivas en el programa del conductor argentino Chiche Gelblung, en La Biblia es frecuente el fenómeno de esa luna teñida de “sangre” para anunciar grandes acontecimientos. Rivas agregó que en el Nuevo Testamento también hay referencias similares pero que se trata “del mesías que ya conocemos”. En cuanto al color, el religioso explicó que “siempre cuando se mira un eclipse, la luna toma un color rojizo y, sobre todo en Oriente, con la arena se ve un color rojo propio de la materia que está en suspensión”. Para agregar: “A los orientales les gusta hablar siempre con figuras más que con conceptos. Y como antes no tenían información científica suficiente, lo atribuían a explicaciones místicas”.
Un sacerdote argentino explicó que el fenómeno observado esta madrugada no debe asociarse con un presagio apocalíptico o llegada de un nuevo mesías.
El padre Luis H. Rivas, profesor de Sagrada Escritura en la Facultad de Teología de la Universidad Católica Argentina (UCA), explicó que la luna roja no debe asociarse con un presagio apocalíptico o llegada de un nuevo mesías, tal como “malinterpretaron” algunos cristianos. Según explicó Rivas en el programa del conductor argentino Chiche Gelblung, en La Biblia es frecuente el fenómeno de esa luna teñida de “sangre” para anunciar grandes acontecimientos. Rivas agregó que en el Nuevo Testamento también hay referencias similares pero que se trata “del mesías que ya conocemos”. En cuanto al color, el religioso explicó que “siempre cuando se mira un eclipse, la luna toma un color rojizo y, sobre todo en Oriente, con la arena se ve un color rojo propio de la materia que está en suspensión”. Para agregar: “A los orientales les gusta hablar siempre con figuras más que con conceptos. Y como antes no tenían información científica suficiente, lo atribuían a explicaciones místicas”.