16/04/2014 8:00:00
Mientras las cenizas siguen ardiendo en Valparaíso, los nortinos sintieron ayer dos réplicas de 5,3º Richter. Las catástrofes como un terremoto o un incendio afectan psicológicamente a las personas. No lo hacen de la misma forma. Expertos hablaron con Hoyxhoy sobre cuáles son las diferencias.
Estaba comprando útiles escolares con sus hermanas y su mamá, cuando recibieron un llamado que las marcaría para siempre, contó Francisca Fernández (23) a hoyxhoy. Su vecina les avisaba que el segundo piso de su casa ardía. Un corto circuito había originado esta tragedia que ocurrió hace ya diez años. Volvieron rápidamente y se enfrentaron a una escena dramática: bomberos y vecinos ayudaban a controlar el fuego, sacaban los muebles del primer piso, mientras que el segundo se desvanecía. Francisca tenía su pieza ahí y perdió todas sus cosas. “Me quedé sólo con lo que tenía puesto”, afirmó. Ella y su familia tuvieron que desalojar su casa por cuatro meses, el tiempo que duró la reconstrucción. Cuando regresaron, el olor a quemado siguió recordándole lo sucedido. “Costó muchísimo que se fuera el olor del incendio”, recordó. Seis años después, Francisca estaba bailando en una discotheque en Lloleo, cuando el piso comenzó a moverse de una manera brutal. El terremoto del 27 de febrero de 2010 se estaba manifestando y las puertas de emergencia del recinto estaban cerradas. Ahí, diferentes jóvenes sufrieron lesiones graves producto del descontrol y el pánico colectivo. Francisca recordó el miedo que sintió y su desesperación por salir del lugar. Su casa en el campo se vio afectada: tuvieron que reconstruir el techo de nuevo. Desde su punto de vista, los efectos de las llamas fueron mucho más traumáticos, sin embargo, el terror que sintió durante el terremoto fue mucho mayor. “Es muy impactante, aunque las cosas no desaparezcan como en un incendio”. Impacto y trauma Hace cuatro noches las llamas han consumido más de dos mil casas en la Quinta Región y el terremoto de Iquique tuvo sus últimas réplicas ayer. Según el psicólogo de la Universidad Mayor, Edmundo Campusano, “en términos psicológicos, las diferencias entre un incendio y un terremoto no son tantas en la medida en que ambas catástrofes afectan a las personas y alteran su organismo y porque en los dos casos se trata de situaciones dolorosas”. Sin embargo, la reacción de las víctimas ante la tragedia sí puede ser distinta dependiendo de si se trata de un siniestro o un terremoto. “Lo sucedido con los incendios es muy distinto a lo ocurrido con los terremotos. En un sismo (...) la gente reacciona con pánico o queda paralizada, en cambio en los incendios, las personas ven acercarse las llamas, por ello se preparan, actúan mojando sus casas, evacuando y rescatando algunos enseres”, explicó la psicóloga Lucía Godoy de la U. Andrés Bello. En efecto, un terremoto es mucho menos predecible y controlable que un incendio -cuyo origen está generalmente relacionado con la acción humana- “lo que genera mucho más estrés entre los afectados” dijo Campusano. El experto le recomendó a los afectados que traten de salir adelante planeando desde ya un plan de reconstrucción. País terremoteado Emilio Torres, sociólogo de la Universidad Central, considera que toda la ayuda desplegada para Iquique y Valparaíso es un comportamiento común entre los chilenos. “El tema de la solidaridad ante la calamidad es algo normal en Chile, es parte de ser un país terremoteado”. En ese sentido, Torres aseguró que no habría diferencias en la forma de enfrentar un incendio o un terremoto, aunque reconoció que “estamos más preparados ante un sismo. En cambio, no sabemos hacia dónde hay que evacuar o si hay que tomar alguna medida específica por los efectos del humo”.
Mientras las cenizas siguen ardiendo en Valparaíso, los nortinos sintieron ayer dos réplicas de 5,3º Richter. Las catástrofes como un terremoto o un incendio afectan psicológicamente a las personas. No lo hacen de la misma forma. Expertos hablaron con Hoyxhoy sobre cuáles son las diferencias.
Estaba comprando útiles escolares con sus hermanas y su mamá, cuando recibieron un llamado que las marcaría para siempre, contó Francisca Fernández (23) a hoyxhoy. Su vecina les avisaba que el segundo piso de su casa ardía. Un corto circuito había originado esta tragedia que ocurrió hace ya diez años. Volvieron rápidamente y se enfrentaron a una escena dramática: bomberos y vecinos ayudaban a controlar el fuego, sacaban los muebles del primer piso, mientras que el segundo se desvanecía. Francisca tenía su pieza ahí y perdió todas sus cosas. “Me quedé sólo con lo que tenía puesto”, afirmó. Ella y su familia tuvieron que desalojar su casa por cuatro meses, el tiempo que duró la reconstrucción. Cuando regresaron, el olor a quemado siguió recordándole lo sucedido. “Costó muchísimo que se fuera el olor del incendio”, recordó. Seis años después, Francisca estaba bailando en una discotheque en Lloleo, cuando el piso comenzó a moverse de una manera brutal. El terremoto del 27 de febrero de 2010 se estaba manifestando y las puertas de emergencia del recinto estaban cerradas. Ahí, diferentes jóvenes sufrieron lesiones graves producto del descontrol y el pánico colectivo. Francisca recordó el miedo que sintió y su desesperación por salir del lugar. Su casa en el campo se vio afectada: tuvieron que reconstruir el techo de nuevo. Desde su punto de vista, los efectos de las llamas fueron mucho más traumáticos, sin embargo, el terror que sintió durante el terremoto fue mucho mayor. “Es muy impactante, aunque las cosas no desaparezcan como en un incendio”. Impacto y trauma Hace cuatro noches las llamas han consumido más de dos mil casas en la Quinta Región y el terremoto de Iquique tuvo sus últimas réplicas ayer. Según el psicólogo de la Universidad Mayor, Edmundo Campusano, “en términos psicológicos, las diferencias entre un incendio y un terremoto no son tantas en la medida en que ambas catástrofes afectan a las personas y alteran su organismo y porque en los dos casos se trata de situaciones dolorosas”. Sin embargo, la reacción de las víctimas ante la tragedia sí puede ser distinta dependiendo de si se trata de un siniestro o un terremoto. “Lo sucedido con los incendios es muy distinto a lo ocurrido con los terremotos. En un sismo (...) la gente reacciona con pánico o queda paralizada, en cambio en los incendios, las personas ven acercarse las llamas, por ello se preparan, actúan mojando sus casas, evacuando y rescatando algunos enseres”, explicó la psicóloga Lucía Godoy de la U. Andrés Bello. En efecto, un terremoto es mucho menos predecible y controlable que un incendio -cuyo origen está generalmente relacionado con la acción humana- “lo que genera mucho más estrés entre los afectados” dijo Campusano. El experto le recomendó a los afectados que traten de salir adelante planeando desde ya un plan de reconstrucción. País terremoteado Emilio Torres, sociólogo de la Universidad Central, considera que toda la ayuda desplegada para Iquique y Valparaíso es un comportamiento común entre los chilenos. “El tema de la solidaridad ante la calamidad es algo normal en Chile, es parte de ser un país terremoteado”. En ese sentido, Torres aseguró que no habría diferencias en la forma de enfrentar un incendio o un terremoto, aunque reconoció que “estamos más preparados ante un sismo. En cambio, no sabemos hacia dónde hay que evacuar o si hay que tomar alguna medida específica por los efectos del humo”.