16/04/2014 14:40:20
La Torre de David está en Caracas, Venezuela. Es un edificio en construcción abandonado en 1994. Actualmente es el hogar de más de 750 familias que se han esforzado por hacer del lugar un sitio habitable.
La Torre de David, un enorme edificio de oficinas abandonado en la ciudad venezolana de Caracas, se ha convertido en la favela más alta del mundo. El imponente rascacielos de 45 pisos, que se encuentra en el centro de la capital de Venezuela, fue abandonado tras la muerte de su creador en 1994. Debido a la posterior crisis económica, el edificio estuvo desocupado, sin terminar, durante más de un decenio, hasta que habitantes de favelas cercanas decidieron hacer de la construcción su hogar. Los últimos ocho años han sido testigos de la llegada de los habitantes de la Torre de David, que poco a poco han ido formando una comunidad que, además, se ha preocupado de la administración del edificio y de mejorar su infrestructura para ir haciéndolo más habitable. Se calcula que el número de familias que viven hoy en el rascacielos es mayor a 750 y, a pesar de ser tan numerosas, logran organizarse para pagar los gastos de electricidad y agua. Pero eso no es todo, porque el organizado grupo también cuenta con tiendas de trabajo, una iglesia y hasta un gimnasio. Las familias que residen en la construcción afirman que ésta no se caracteriza por la delincuencia. Sin embargo, alegan que los vecinos del sector están llenos de prejuicios.
La Torre de David está en Caracas, Venezuela. Es un edificio en construcción abandonado en 1994. Actualmente es el hogar de más de 750 familias que se han esforzado por hacer del lugar un sitio habitable.
La Torre de David, un enorme edificio de oficinas abandonado en la ciudad venezolana de Caracas, se ha convertido en la favela más alta del mundo. El imponente rascacielos de 45 pisos, que se encuentra en el centro de la capital de Venezuela, fue abandonado tras la muerte de su creador en 1994. Debido a la posterior crisis económica, el edificio estuvo desocupado, sin terminar, durante más de un decenio, hasta que habitantes de favelas cercanas decidieron hacer de la construcción su hogar. Los últimos ocho años han sido testigos de la llegada de los habitantes de la Torre de David, que poco a poco han ido formando una comunidad que, además, se ha preocupado de la administración del edificio y de mejorar su infrestructura para ir haciéndolo más habitable. Se calcula que el número de familias que viven hoy en el rascacielos es mayor a 750 y, a pesar de ser tan numerosas, logran organizarse para pagar los gastos de electricidad y agua. Pero eso no es todo, porque el organizado grupo también cuenta con tiendas de trabajo, una iglesia y hasta un gimnasio. Las familias que residen en la construcción afirman que ésta no se caracteriza por la delincuencia. Sin embargo, alegan que los vecinos del sector están llenos de prejuicios.